3 aprendizajes de la foto macro para mejorar tus retratos

Con el tiempo uno aprende que muchos de los avances que consigues en unas parcelas de la fotografía acaban siendo aprovechables en otras áreas. Por ejemplo, si aprendes a hacer fotos en carreras de motocross, que suelen ser fotos de mucha acción y de gran velocidad de apertura, cuando hagas fotos en una cascada tendrás parte del camino hecho. Si pasas cinco días haciendo fotos de la nieve, es muy probable que tengas técnica cuando vayas al desierto a fotografiar la arena.

Otro ejemplo es la fotografía macro. Muy pocos saben que la fotografía macro es en el fondo una enseñanza fundamental para hacer el retrato perfecto. ¿Por qué? Aquí te pongo algunas razones:

Entendiendo el concepto de profundidad de campo

Cuando haces fotos muy de cerca a flores, insectos o cualquier otro objeto pequeño, inmediatamente te ads cuenta de una cosa: solo hay una pequeña parte de la imagen que está enfocada. ¿Por qué es eso? Tiene que ver fundamentalmente con la distancia entre el objetivo de tu cámara y el sujeto que estás fotografiando. Cuando se hacen fotos macro esa distancia es muy pequeña. Estás poniendo el objetivo casi encima del sujeto.

Para experimentar este efecto por ti mismo, pon las manos delante de la cara, muévelas hacia ti, y sigue mirando las manos hasta que seas incapaz de enfocar la vista y queden tus manos desenfocadas. Ahora vuelve a mover las manos de nuevo para volver a enfocarlas. ¿Notas algo? Quizá todo lo que hay detrás de tus manos aparece ahora borroso. Acabas de reducir la profundidad de campo de tus propios ojos.

Entonces, ¿qué es la profundidad de campo? Es la cantidad de imagen que está enfocada. Si tenemos una gran profundidad de campo, casi todo estará a foco. En cambio, si tenemos una profundidad de campo pequeña, solo una pequeña parte de la imagen estará enfocada.

La profundidad de campo es muy importante en la fotografía de retrato, porque no siempre se quiere ver el fondo detrás del sujeto. El fondo puede distraer y queremos que los aspectos denotativos de nuestra imagen obvien lo que hay detrás y centrarnos en ese rostro, esa mirada o la textura de la piel… Si sabemos reducir la profundidad de campo podemos hacer fotos de retrato con un tema mucho más concreto y definido. Vamos a decirle adiós a esos palos que salen de detrás de las cabezas de nuestros retratos y recibamos con alegría unas imágenes más controladas y más bellas.

Crear una buena composición

La composición es básicamente el encuadre de tu foto. Decía Ansel Adams que tú no tomas una fotografía, tú LA HACES: «You don’t take a photograph, you make it». Y en ese proceso de HACER la fotografía tenemos que tomar decisiones. ¿Dónde situamos el sujeto dentro del encuadre? ¿Hay temas secundarios? ¿Qué hay en el fondo? ¿Ese fondo distrae la atención o equilibra el tema?

Estas y otras son las muchas preguntas que te tienes que hacer cuando tomas una foto. Pero no te agobies: con el tiempo tomarás decisiones de forma natural, casi como un acto reflejo. Por eso encontrarás pocos libros sobre composición de fotografía, porque se aprende viendo otras imágenes o disfrutando de la Historia del arte en general. Pero sobre todo se aprende a componer fotografías practicando, haciendo tus propias fotos y equivocándote.

Y así volvemos al tema, las fotos macro y los retratos. Cuando haces fotos macro tienes que ser muy exigente con lo que pones dentro de la foto y lo que dejas fuera. Elegir en punto de interés es la parte más importante de toda la foto. Céntrate en un punto de la foto que realmente esté diciendo algo, que transmita lo que quieres en tu foto y, a partir de ahí, reencuadrar la imagen para que el resto de lo que aparece llame la atención sobre ese espacio.

Lo mismo sucede con la fotografía de retrato. Cuando hacemos retratos normalmente nos centramos en la parte más importante de la cara de una persona, generalmente los ojos (que es donde debes enfocar el 99% de las veces, antes de reencuadrar). También reorganizamos el resto de la imagen de forma que el espectador se fije en la parte que queremos destacar, como en la foto macro. o sea, que lo que hemos aprendido probando fotos macro nos va a ayudar, y mucho, en las imágenes de retrato.

Encontrar la belleza en los detalles

Cuando los fotógrafos macro eligen un tema, se ponen a tope con ese tema. En cualquier parque hay decenas de insectos y de margaritas para elegir, pero elegiremos la más interesante, como es lógico, con la idea de hacer la mejor foto macro posible. Es importante educar el ojo para los pequeños detalles que harán que realmente sepas diferenciar una flor normal de una espectacular. Sobre todo pensar en cómo será en la imagen final. Y para este ejemplo que pongo de la flor no me refiero a que sea necesariamente la más bonita, puede ser la flor más deforme, o la de colores más extraños, hablamos de la más especial, la más fotografiable, la que creará una imagen que no existe.

Una vez dominas la habilidad de ver los detalles, verás que también te sirve para tu fotografía de retrato. Empezarás a prestar atención a las cejas de las personas, al brillo de su rostro, los matices en la sombra de un pómulo o la increíble variedad de tonos que contiene un párpado. Los grandes fotógrafos de retrato (y los pintores del siglo XVII ni te cuento…) saben reducir las distracciones y acentuar los detalles interesantes.

Cuando trabajas una foto tras otra, sea macrofotografía o fotografía de retrato, al final acabas pensando en todos estos conceptos de una forma natural, y será la mejor manera de ir diferenciándote de una foto a la siguiente. Los fotógrafos con experiencia saben qué detalles importan y lo que funciona en una imagen. Pueden ver una foto antes de apretar el obturador. Reforzar tus habilidades de fotografía macro te hará un gran fotógrafo de retrato, y viceversa.

Pues ya sabes, puedes salir al parque a practicar fotos macro que, en el fondo, también estarás mejorando en la técnica de la foto de retrato. Y así, mientras practicamos, dejamos un poco tranquilos a los amigos, o la novia, o a nuestros hijos, que seguro que ya salen corriendo cada vez que nos ven coger el objetivo de 50 mm f/1.4 (este es el 50 mm que yo uso). Ánimo, prueba a hacer unas cuantas sesiones de macrofotografía. Verás que lo que aprendes en macro lo aprovechas en el resto de imágenes que tomes.

Imágenes cortesía de: PezibearTomashendele, Zanzo, Francok35